Si hay algo que aprendemos todos tarde o temprano, es que las
personas van y vienen de manera intermitente y sin previo aviso, que hay
personas que cuando llegan deseas que nunca se alejen, porque, por motivos que
aún desconozco, consiguen dar un poco de orden a este desastre que llamamos
vida.
Se tratan de personas con las que en un determinado momento, no hay posibilidad
de vuelta atrás, no existe un punto de restauración donde poner el contador a
cero y volver a empezar sin más, sin coste adicional, sin que su marcha te desestabilice
de cierta forma: no puede existir nunca un buen punto y final, porque un final,
por el simple hecho de serlo, nunca puede ser bueno.
Y es que no sé si os habrá
pasado, pero es lo mejor que te puede pasar con una persona, llegar a ese
momento de no tener retorno, ese momento en que de repente sientes que os
habéis vuelto irreversibles.
Y lo mejor, es que todo esto también ocurre sin previo aviso.
Texto: Natalia Huertas
A mi me gustan los puntos y aparte que se ponen a tiempo y que pueden alargarse la vida evitando el punto y final.
ResponderEliminarQue difícil, querida!
Una sonrisa irreversible