jueves, 5 de enero de 2012

#alamierdael2011


Sé que va a sonar muy a tópico decir ahora que acabamos de despedir un año eso de que el tiempo pasa muy rápido, pero es la sensación que más me invade en estos días. Más tópico aún es hacer balance al final de cada etapa, mirar atrás y repasar todo este último año que, en mi caso, empezó como acabó: intentando no atragantarme con las doce uvas.  Y si abro el 2011 a modo de presentación en diapositivas, de enero a diciembre han pasado tantas cosas que al final puedo arriesgarme a concluir que lo que se me atragantaron no fueron las uvas.

He aprendido más en 12 meses que en el resto de mis 23 años. He aprendido que a veces es mejor no escuchar a la gente, incluso cuando se traten de personas que se preocupan por ti. Las mejores decisiones no lo son por el resultado, sino porque son las que tomamos nosotros mismos. He aprendido que hay que dejarse llevar sin miedo a las consecuencias, que la vida es para vivirla y que nada ni nadie debe acobardarnos en el camino

He aprendido que las personas solo muestran una cara de su moneda y que, a veces, un pequeño descuido te hace ver ese lado que ocultaban.  He aprendido que perdonar no significa esperar que esa persona cambie, sino que sea como realmente era pero sin condiciones ni daños colaterales, y que si tienes que esperar que alguien cambie para volver a confiar en ella, es que  realmente no merece la pena. Que olvidar se hace más fácil sabiendo que lo que no nos mata, nos hace más fuertes y que hay baches que saltamos que nos vuelven invencibles.

He aprendido que hay personas que cuando se van, te hacen perder el equilibro, y otras que, sin embargo, consiguen el mismo efecto cuando aparecen. He aprendido a ver la gran suerte que supone encontrar a determinadas personas en tu camino y a diferenciar entre quienes me hacen más grande cuando están a mi lado y quienes, por el contrario, me tratan de empequeñecer.

Al final de este balance no sabría decirte con exactitud si para mí ha sido "un año más o un año menos", pero ahí queda. A la mierda 2011. Bienvenido seas 2012.

Y a modo de regalo de Reyes y sin que sirva de precedente, os dejo una foto mía acabando el año en Manchester, muy ilustrativa.

1 comentario:

  1. No mandes a la mierda el año mujer, todo son experiencias que te hacen crecer como persona. Mi 2011 también ha tenido episodios buenos y malos, pero los malos me han hecho abrir los ojos ante ciertos aspectos que no había contemplado hasta ese momento. Espero que en el 2012 nos veamos más ;)

    ResponderEliminar

No olvides firmar tu comentario: